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hermosa tu gemido la otra tarde
es todo lo que quiero en este mundo
ese ronco placer en lo profundo
me ahuyenta lo que tengo de cobarde
mirame me decías sosteniendo
mi cara para verme y te miraba
tus ojos bien abiertos te besaba
y nuestra luz de a poco se iba abriendo
y abriendo y la sonrisa tuya mía
las palabras secretas en tu oreja
y el oceánico fondo de tu queja
y el tráfico al oeste se iba el día
y hoy nunca amaneció no están tus pasos
yo te tuve brillando entre mis brazos
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